Los vecinos del pueblo de Santa Fe respiraron, relativamente, tranquilos, tras conocer el pasado 14 de septiembre la declaratoria del nuevo trazado del tren Interurbano México-Toluca. Ya no pasará por la avenida Vasco de Quiroga, tal y como el megaproyecto tenía planeado. Sin embargo, el nuevo recorrido pasará por la barranca del Río Tacubaya, afectando a varias colonias de la delegación, que ya han empezado a movilizarse.

“Nos trajeron planos incompletos del trazado; parecía que estaba hecho con plumón rojo”, explica Montserrat, vecina de la colonia Capulín, uno de los barrios que se verían afectados por la infraestructura junto con Salitrero, Belén de las Flores, Minas de Arena, Pino Suárez, Liberales de 1857 y Molino de Santo Domingo.

Los vecinos de estos barrios humildes situados en las barrancas de Álvaro Obregón, se quejan que el gobierno del Distrito Federal apenas se ha comunicado con ellos y que no les han presentado los estudios de impacto ambiental y de composición de suelo, entre otros, que deben requerirse para una obra de esta magnitud. “Nos dijeron que solo iba a afectar a 14 casas, pero nosotros no queremos que afecte a ni una”, declara Montserrat, quien reivindica que el movimiento vecinal creado no depende de ningún partido político ni de figura pública, “somos comisiones de vecinos trabajando”, explica.

Sospechan además, que parte de los estudios de impacto que el gobierno del Distrito Federal ha prometido y perjurado que se han realizado, se han elaborado en menos de una semana, hecho que levanta las suspicacias entre los vecinos por la posible falta de calidad y rigurosidad de estos informes.

Parte de la preocupación por este nuevo trazado, que necesita unos 15 metros de eslora para ejecutarse, es que la zona está plagada de túneles de arena realizados cuando se trabajaba en las minas hace lustros. Además, el rio Tacubaya pasa entubado por debajo de estas colonias, dejando una base débil para un viaducto elevado y un carril de tren. Los vecinos creen que esta obra no solo los pone en riesgo a ellos si el tren se descarrila, sino también la vida de los pasajeros y trabajadores de la infraestructura.

Otra crítica y queja de los pobladores de las barrancas, es que este tren no va a tener ninguna utilidad ni beneficio para los vecinos de la zona, ya que será una megaproyecto de tres pisos de altura, que conectará a los vecinos acomodados de Santa Fe con la Ciudad de México.

“No estamos en contra del progreso, estamos en contra que se nos violenten nuestros derechos”, es una de las consignas que se ha podido ir estos días en las barrancas de Álvaro Obregón.

El metro observatorio, servirá como nudo y estación del Interurbano, hecho que también ha generado quejas entre los vecinos de la zona, ya que desaparecerá el paradero de transporte público y la estación albergará conexión con varias líneas de metro, redimensionando su tamaño a una parada como Pantitlán o Cuatro Caminos, por donde pasan miles de usuarios al día.

La obra tendrá un costo de 42 mil millones de pesos y se prevé que esté lista para finales de 2017. Por sus características de ingeniería, técnicas y operativas, el Tren Interurbano será el primero en su tipo en América Latina y tendrá una capacidad para transportar mil 400 pasajeros, seis estaciones, una longitud de 57.7 kilómetros y atenderá una demanda de más de 270 mil pasajeros. Se utilizarán 152 mil toneladas de acero, suficientes para construir 15 torres como la Eiffel, y 830 mil metros cúbicos de concreto, equivalentes para construir 40 estadios de futbol como “La Bombonera” de Toluca.