“La liberación de Nestora Salgado favorece a Arturo, mi esposo, y a sus compañeros que están presos por pertenecer al mismo proyecto de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria de Guerrero (CRAC-PC)”, señala Agustina García de Jesús compañera de Arturo Campos Herrera, consejero regional del CRAC de El Paraíso, municipio de Ayutla de los Libres. Por eso, dice, “significa mucho para mi, es algo que estaba esperando. No debió de pasar tanto tiempo para que obtuviese su libertad”.

Son nueve Integrantes de la Policía Comunitaria de Guerrero quienes aún permanecen presos por su participación dentro de esta organización de seguridad y justicia arraigada en la Costa y Montaña del estado. La CRAC, señala Agustina, “busca justicia para el pueblo,  que no por ser indígenas sean diferentes. Se empezó a trabajar en este proyecto por que habían muchas violaciones, asaltos, asesinatos, levantones. Nosotros fuimos victimas de asaltos al subir a la comunidad y fue cuando nació la idea de organizarnos. Mi esposo empezó comunidad por comunidad a hablar con las personas”, y gracias a ese trabajo las asambleas de los pueblos aprobaron la organización.

“Para nosotros”, afirma Agustina, “es brillante el proyecto de la CRAC, por que bajó muchísimo la delincuencia, los asaltos, las violaciones, y eso a mi me da muchísimo gusto…. Hoy, si mi esposo está encerrado, es por hacer algo bueno, no por robar, no por matar, no por secuestrar”.

En entrevista concedida a Desinformémonos el día de la liberación de Nestora Salgado, comandanta de la Policía Comunitaria de Olinalá, presa durante 31 meses y absuelta de todos los cargos, Agustina no duda en señalar que la liberación de ella repercutirá favorablemente en la liberación del resto de los procesos de la Comunitaria.

A Arturo Campos Herrera lo detuvieron el primero de diciembre del 2013, después de su participación en un mitin en Chilpalncingo en el que exigían la  liberación de Nestora y de sus compañeros. Está acusado de secuestro, privación de libertad y delincuencia organizada.

A partir del momento de la detención de Arturo, su esposa Agustina se ha puesto, literalmente, la camiseta de la Policía Comunitaria, y ha dedicado su vida a la liberación. Asiste a marchas, plantones, foros y demás actividades para difundir no sólo el caso de su marido, sino el del resto de los presos de la CRAC. Su activismo le ha traído represalías, como por ejemplo el incendio de su casa, por el que demandó a los gobiernos federal y estatal que investigaran el caso y detuviera a los responsables.