Tuvieron que irse hasta la otra punta del país para lograr ser recibidos por alguno de los múltiples jueces que tiene a su cargo una de las múltiples causas en las que se investiga la Masacre de Iguala.
El 26 de febrero, a 17 meses de que Daniel Solís Gallardo, Julio César Mondragón y Julio César Ramírez Nava fueran asesinados; Edgar Andrés Vargas y Aldo Gutiérrez Solano fueron gravemente heridos y 43 estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa fueran secuestrados por agentes de la policía, en un operativo coordinado, que congregó a las tres reparticiones de la fuerza y al ejército, y que desde entonces se encuentran desaparecidos.

En Matamoros, estado de Tamaulipas, están radicadas 4 de las causas penales que investigan la masacre. Esa dispersión opera contra el avance de la investigación, según advirtió el Grupo de Interdisciplinario de Expertos Independientes que trabaja en el caso desde comienzos de 2015, por medio del convenio que el estado mexicano firmó con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). A pesar de esa dificultad, en este caso, la distancia operó en la sensibilidad del magistrado: en 17 meses de ausencia y de lucha por ser atendidos, es el primer juez de la República que acepta una reunión personal con los padres de los muchachos desaparecidos. Con todos, no con una “comisión” de ellos.

El 26 de enero, los padres de Ayotzi habían intentado una reunión con el nuevo presidente electo de la Suprema Corte de Justicia, Luis María Aguilar Morales. No tuvieron éxito. “Nos ofrecieron una reunión para los días siguientes, a los 3 o 4 días que hicimos el contacto, pero era complicado, porque ofrecían recibir a una comisión de padres, entre 5 y 7 padres, de un grupo muy numeroso. Pero lo que piden siempre los padres es la posibilidad de poder dialogar todos. Por eso esta reunión en Matamoros fue tan importante, es la primera vez que el Poder Judicial se muestra con más sensibilidad con los padres, que comprende que su trabajo va más allá de estar tras un escritorio y que implica una atención directa con las víctimas, sobre todo en un caso como este, en que hay víctimas colectivas” explicó Vidulfo Rosales, abogado de Tlachinallan, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña de Guerrero.

El juez norteño informó ampliamente sobre cada uno de los procesos, dijo el abogado. Dos de ellas fueron abiertas en 2014 y las otras dos en 2015. Esa fue otra de las movidas de la investigación criticadas por el Giei, quien indicó que la fragmentación de la investigación continuó una vez que el GIEI asumió funciones a comienzos de 2015.

“En las 4 causas de Matamoros hay 60 personas encausadas por diversos delitos, pero solamente en una de ellas se intruye investigación por desaparición forzada. Son apenas 5 los procesados por ese delito de un universo de 60.”

Todas los autos de formal prisión han sido apelados por los acusados, pero no fue en este juzgado donde, como se dijo, ya se otorgó amparo parcial a 22 policías de Iguala acusados de la violencia contra Julio César Mondragón.

“No nos dieron datos sobre si los 60 procesados por el juzgado de Matamoros son o no policías estatales. Sí nos mencionaron que los otros delitos – además de los 5 por desaparición forzada mencionados más arriba – que se instruyen en esas causas son delincuencia organizada, delitos contra la salud y portación de armas, pero en este juzgado los amparos que ellos presentaron siguen sin haber sido resueltos”

¿En qué elementos pusieron énfasis los padres en la reunión con el juez? “Querían conocer los avances del caso. Hicieron énfasis en que él emita sus resoluciones apegadas a derecho. También estaban en que se entendiera el contexto del caso, así como la gravedad de los hechos. Pero el principal énfasis fue en su derecho de, como víctimas, acceder a la justicia.

La Caravana llegó a Matamoros escoltada por seguridad ofrecida por el gobierno de Monterrey, con quien los padres tuvieron buena interlocución, así como fueron seguidos todo el camino por un vehículo, explicó el abogado.
“La recepción en el norte, tanto en Reynosa como en Monterrey, pese a la poca difusión del recorrido de la caravana fue impresionante. Fue importante para los padres ver cómo, a 17 meses de la desaparición de sus hijos, la gente sigue muy pendiente del caso. Ofreciendo su solidaridad, incluso apoyo económico pero no sólo, apoyo moral, alimentos y calidez. Eso infunde mucho ánimo”

El problema no se dio en el norte, sino en Tlaxcala, cuando ya venían de regreso hacia el sur.
En la caseta de San Martín, camino a esa localidad, el primer autobús en que viajaron en la Caravana pasó sin problemas. Los padres no pagan peajes cuando viajan en reclamo de la aparición con vida de sus hijos. Cuando el segundo quiso pasar, la policía intentó detenerlo. Como el autobús no frenó, lo siguieron y lo golpearon, rompiendo los cristales del lado derecho.

“Algunas personas venían durmiendo y con el ruido de los cristales y los golpes en el camión pensaron que estaban en medio de un tiroteo. Había niños pequeños, la gente entró en pánico, gritaban. Un grupo de estudiantes y padres bajó molesto e increpó por el ataque. Los agentes respondieron de manera agresiva. Sacaron las armas y les apuntaron. Intervino personal del Ejército Mexicano que tienen en esa caseta un retén permanente y también llegaron apuntando a los padres, aún explicándoles quienes éramos y por qué estábamos ahí. Perdimos cerca de dos horas en ese episodio.Pero finalmente se fueron calmando y pudimos seguir”

El cierre fue en Necaxa, junto a la sección local del Sindicato Mexicano de Electricistas.
Ahora se preparan para descansar apenas un par de días, ya que el próximo jueves 3, viernes 4 y sábado 5 de Marzo preparan tres jornadas de búsqueda y solicitud de información a la ciudadanía de Iguala. El 3 en la tarde se dará inicio con una misa, el 4 es la búsqueda por colonias y pueblos cercanos a Iguala, y el 5 será la jornada de recepción de información, utilizando módulos instalados en Iguala para tal fin, así como la realización de foros de discusión.

Como final, una última pregunta: ¿cómo se tomaron los padres la actitud del Papa Francisco de dar una conferencia de casi una hora en el avisón de regreso al Vaticano, en que sostuvo que el motivo para no reunirse con los papas de los 43 fueron las divisiones internas del grupo?

“La sensación no es buena. Para los padres era importante que el Papa los recibiera. Pero si no había posibilidades de agenda, esperábamos al menos que hubiese un mensaje. No sólo para los padres de los 43, sino para las familias de los más de 27 mil desaparecidos de México. No hubo ni uno ni lo otro.
Entendemos que la respuesta que dio sobre el motivo por el que no reunió es una excusa para justificar la negativa dada por el Vaticano y por las negociaciones diplomáticas que implicó su visita al país. Su mensaje era fundamental para las víctimas, porque el sufrimiento que se siente ante la desaparición forzada de un ser querido es incuestionable, es insoslayable”

Foto: Lourdes Chávez / recepción en San Luis Potosí de la Caravana por la Verdad y la Justicia, martes 23 de febrero