Uno de los puntos más polémicos de la organización de los Juegos Indígenas fue el criterio de selección de las etnias, el cual presuntamente fue un proceso de “geografía indígena” en el que se eligió de acuerdo con los diferentes biomas del mundo y de Brasil, justificación que no fue aceptada por la mayoría de los pueblos.

La primera etnia en declarar que no participaría en el evento fue Kraô, cuyos 28 caciques cuestionaron al gobierno brasileño por financiar el evento al mismo tiempo que promueve el genocidio de la población indígena Guaraní Kaoiwá.

El pueblo Apinajé también se rehusó a participar en los Juegos. El líder del pueblo, Antonio Apinajé, sostuvo que durante una asamblea, fue todo un día de discusiones hasta llegar al documento final. Alrededor de 70 líderes cuestionaron el evento y hablaron sobre sus prioridades.

Estas prioridades consideradas por los pueblos indígenas, son la demarcación de las tierras, la salud de los habitantes y el fin a la violencia contra su comunidad, y Antonio asegura que sólo podrán celebrarse este tipo de eventos cuando los puntos anteriores sean realizados.

Con información de Adital