En los límites de la frontera

Tomás González Castillo

Tres historias “… cuando emigra la mujer, emigra la vida…”

La dinámica de los movimientos migratorios es aceleradamente cambiante; depende sobre todo de las decisiones políticas de aquellos que deciden cerrar fronteras, controlar flujos, crear programas de “desarrollo social”, etc. Dichas decisiones no tienen como interés supremo al ser humano. Detrás de todo ello está el interés económico. Desde hace años, en La 72, nos dedicamos a escribir las historias de los cientos de personas que pasan por aquí; todas las historias tienen el denominador común del sufrimiento. La decisión del migrar, es siempre forzada.

Este año hemos creado una area de trabajo que tiene que ver con los grupos vulnerables. ¿Cómo? ¿Dentro de la extrema vulnerabilidad que trae consigo la persona migrante, se puede encontrar más vulnerabilidad aun? Sí. Las mujeres migrantes son las que aportan una cuota bastante cara para poder migrar.

Las siguientes, son tres historias de las cientos de mujeres que han pasado por Tenosique, muchas han sido hospedadas en La 72, Hogar – Refugio para Personas Migrantes. En este lugar tenemos el privilegio de hospedarlas, todas nos comparten parte de su vida, de sus luchas, de sus pasiones, de sus sueños. Un defensor de derechos humanos ha dicho entre otras cosas: “… cuando emigra la mujer… emigra la vida…”.

“Mi nombre es ….., soy originaria de Honduras. Salí de mi país porque mi pareja se fue hace un año a los Estados Unidos, fueron dos veces que me mandó dinero, después ya no supe nada de él. Unos primos que tengo en los estados (Estados Unidos) me dijeron que se había juntado con otra persona. Por eso salí. Entré a México por El Ceibo con varias personas más, en el cerro nos salió un grupo de asaltantes, a mí me desnudaron y me quisieron violar, pero tenía mi regla y desistieron. Nos dejaron ir. Llegamos a Tenosique; en la estación del tren, como a las 11 de la mañana, una camioneta “nos levantó” como a 25 personas. Atravesamos todo el país, llegamos hasta Tamaulipas. Primero nos llevaron a una casa donde había más de 200 personas secuestradas, supe el número porque a mi desde que entré me pusieron a trabajar en la cocina y se preparaba comida solo una vez al día para ese número de personas.

Como me portaba bien, me dijeron que tenían otro trabajo para mí. Era que tenía que pegarle a mis compañeras que no obedecían o que no daban datos sobre su familia. Los golpes eran con una tabla en las nalgas; me decían que si no lo hacía bien, a mi me golpearían. Después me enteré que había otra “casa de seguridad” muy cerca de donde estábamos y que había también más de 200 personas.

Ellos mismos me cruzaron al “otro lado” porque siempre me porté bien. Me tiraron cerca de la frontera. Allá me agarró la “migra gringa” y me regresaron a Honduras….. ¿Y después de lo que te ha pasado, por qué regresaste? Porque tengo dos niños chiquitos que mantener….” (Julio de 2011)

“Soy …., originaria de Honduras, tengo 3hijos; 2 niños, uno de 8 años, otro de 5 y mi niña que es mexicana, pues nació en Tenosique. Yo salí de Honduras en diciembre de 2010, llegué hasta “la cementera, donde me agarró migración y me llevó a la estación de Tenosique; no pude continuar en el tren pues llevaba 5 meses de embarazo. De esto le doy gracias a Dios pues pude regresar por mis dos niños que los había dejado con una prima. Por segunda vez pasé a México, ahora con mis dos hijos. Fue en enero de 2011 cuando llegué al albergue de la parroquia en Tenosique, ya no pude continuar pues me empecé a sentir mal. En ese lugar me brindaron apoyo, me llevaron al hospital. En marzo nació mi niña; la gente de la parroquia se organizó y me hizo una fiesta antes de nacer la bebé, cosa que yo nunca había tenido. Cuando nació la niña, yo dejé a mis niños en la parroquia sin poderlos llevar al hospital, después regresé y ya éramos 4. En Tenosique me quedé hasta diciembre del año pasado (2013), pues no podía viajar, algunos meses fui voluntaria del albergue para migrantes en Tenosique.

El papá de mis hijos vive en Estados unidos con otra persona; el papá de mi hija vive en Honduras; yo quiero ir a “los Estados”, pues no quiero que mis hijos sufran como yo he sufrido; en Honduras lo perdí todo, hasta mi casa. Tengo una hermana, pero como si no la tuviera, no tengo padres, sola estoy con mis tres niños. Tengo fe en Dios en que juntos vamos a salir adelante….” (Diciembre de 2014)

“Yo me llamo …., llegué a México en febrero de 2011. Hicimos caminando hasta Tenosique más de 3 días. Cuando llegamos a Tenosique, nos dijeron que estaba muy peligroso y no nos quedamos, esperamos el tren adelante de la estación de migración. Nos subimos cuando pasó, en menos de 10 minutos, después de una población (Faisán vía) el tren paró. Era la migra, algunos se aventaron y huyeron. La migra agarró como a 30. Pensamos que ya se habían ido. El tren no avanzó, cuando nos empezamos a subir otra vez al tren, aparecieron siete hombres con armas grandes, nos insultaron a todos y dijeron que nos pusiéramos en la tierra boca abajo. Los empezaron a desnudar, dos hombres y yo nos escapamos, nos aventamos al pantano, ellos empezaron a disparar, las balas pasaban encima de nosotros. Cuando pudimos salimos del pantano y nos fuimos a Tenosique, una persona nos pagó un taxi para que nos llevara a la Parroquia, yo no podía caminar del dolor; después me dijeron que estaba fracturada y me pusieron yeso en el pie derecho, me dieron muletas para moverme.

En el lugar donde nos querían matar, vimos como los delincuentes se llevaban a una mujer, la golpeaban y la desnudaban, seguramente que la violaron, pues ella gritaba muy feo. A mí el padre me ha dado permiso de ir al templo, pues no soy católica; el pastor me ha bendecido. Tengo fe en Dios que llegaré a los Estados unidos….” (Febrero de 2011)

Tres historias de dolor, de sufrimento y, sin embargo, cuando emigra la mujer, emigra la vida. He sido testigo que esas tres mujeres han salido adelante, cada una en diferente lugar, una avanzó a los Estados Unidos y desde allá maniente a toda su familia; otra se quedó en México, vive en medio de una comunidad que la ha acogido y le ha dado lo necesario para vivir feliz con sus tres hijos; otra regresó a a Centroamerica donde cotidianamente se esfuerza por sobrevivir en medio del flagelo de la violencia criminal.

Pero hay otras muchas historias de mujeres que se han quedado en el camino, sembradas, muertas, a algunas las han reconocido y devuelto sin vida a sus países; otras viven una muerte social, en el anonimato, víctimas de la trata o esclavas modernas de la economía de muerte; otras mas nadie sabe de ellas, están desaparecidas.

2 Respuestas a “Violencia, Migración y Narcotráfico”

  1. José Luis Saucedo Muñoz

    El orden mundial económico generatodo esto, meda gusto ver un enfoque distinto, lo que se hace no es «limosna» es respuesta a un sisstema de degrada al ser humano. Así que los felicito por esta forma de ver las nesecidades humanas, NO ES LIMOSNA, es tratar de resolver y ver de forma distinta lo s resultados de un sistema miserable. ANIMO Hermanitos

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