Ante la venida de miles de policías federales y militares a Michoacán debido al Mando Único Policial que firmaron en un acuerdo el gobernador Silvano Aureoles y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, desde los municipios de Aquila, Chinicuila y Coahuayana lanzaron un manifiesto que exigen el respeto de la voluntad de las comunidades y pueblos de la costa pacífica, a su sistema de seguridad integrado por la Policía comunitaria de Ostula y la Fuerza Rural.
“Se está pidiendo al gobierno que respete las autonomías de los municipios. Pongan un Mando Único si quieren, pero respeten a las comunitarias”, declara Hector Zepeda, integrante de la Fuerza Rural en Coahuayana y primo de Semeí Verdía, comandante de la Policía Comunitaria de Ostula y detenido este julio en un operativo del Ejército por portar armas de uso exclusivo de las fuerzas armadas, donde murió un niño por disparos de los militares.
Una de las consecuencias de la aplicación del Mando Único es la evaluación y certificación de agentes de policía en ciudades y pueblos michoacanos. En este aspecto, los municipios citados resaltan que quieren que estos exámenes se realicen de manera local, con la implicación y participación de las comunidades, respetando su decisión y a los comunitarios que hoy en día otorgan la seguridad en la zona.
“Tenemos años esperando paz, ahora que la tenemos, como que el gobierno quiere venir a acabar con ella. No se la debemos a ellos, sino a todos los que tuvieron el valor por agarrar un arma. La confianza se gana, la misma gente habla por si sola”, añade Zepeda.
Desde Coahuayana, aseguran que los secuestros, la venta de drogas así como su fabricación han desaparecido, y sostienen que la situación es de relativa calma, a diferencia de poblaciones como Apatzingán o Buenavista, donde los homicidios y los robos están a la orden del día.
El miembro de la Rural explica que hay una desconfianza respecto a los militares, ya que según sus testimonio, muchos de ellos trabajaban codo con codo con Los Caballeros Templarios. “Venían agarrados de la mano con ellos. A mi hermano Julio, antes que lo mataran, subían con lo compañeros a las camionetas de los militares y les señalaban quien era Templario para detenerlo. Después veían como los soldados bajaban y esos mismos sujetos los ‘billeteaban’, les daban si cantidad de dinero. Ellos no sabían si correr o esconderse”.
Zepeda informa que muchos integrantes del grupo criminal de Los Caballeros Templarios continúan libres y han asentado parte de sus operaciones en el vecino estado de Colima.
También ante la pretendida introducción del Mando Único en la costa, exigen la anulación de órdenes de aprehensión contra el mismo Héctor Zepeda, Germán Ramírez Sánchez, Fredy Cruz Martínez y Evanivaldo Arceo Rojas. Así como la liberación de Cemeí, José Mireles Valverde y Agustín Villanueva Ramírez, este último comisario ejidal de Aquila, condenado a 47 años de prisión por un supuesto delito de secuestro.
La Policía Comunitaria de Ostula surgió en 2009, ante el acoso del crimen organizado y de las mineras en territorios y comunidades nahuas en Michoacán. En su lucha lograron recuperar tierras que habían sido despojadas por caciques locales y el reconocimiento oficial por ser un pueblo con sus usos y costumbres propios. Desde el 2014, trabajan con las Fuerzas Rurales, nacidas del movimiento de las autodefensas, en tareas de seguridad en la costa.
Foto: Cuartoscuro
