Beltrán Pacheco tenía más de 20 años en el oficio. En la madrugada del lunes, antes de que lo acribillaran en la puerta de su casa, en Taxco de Alarcón a las seis y media de la mañana, había estado difundiendo su último trabajo periodístico, sobre una intensa balacera producida en medio del centro turístico de Acapulco, en un enfrentamiento entre narcos y la policía federal.

A comienzos de este mes, el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores planteó a los periodistas locales hacer un “pacto de silencio en torno a las desafortunadas circunstancias que vive Guerrero”, en un intento por no afectar el turismo de la principal ciudad porteña del estado: Acapulco.

Luego de la balacera reportada por Beltrán Pacheco, decenas de escuelas y secundarias de esa ciudad, tanto de la zona urbana como la periferia de Acapulco, suspendieron las clases ante el “pánico generado por la narcoviolencia que no cesa”

Tanto la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la Sociedad Interamericana de Prensa y organizaciones vinculadas a la libertad de expresión y los derechos humanos, como Artículo 19 condenaron el ataque al periodista, editor del periódico digital El Foro de Taxco y corresponsal de la radio Capital Máxima de Chilpancingo y de El Sol de Acapulco.

Según reportó la revista Proceso, era hermano de Eric Pacheco, corresponsal de ese medio de comunicación en Querétaro.

“Era normal que criticara a las autoridades. Eso no le había provocado algún conflicto. Nunca había denunciado una amenaza o ataques a partir de sus críticas”, comentó el periodista Ezequiel Flores a Artículo 19.

Durante 2015, esta organización documentó 56 ataques a periodistas en Guerrero, el tercero estado con más agresiones a reporteros de México. Durante los 3 primeros meses de 2016, ya iban 11 agresiones en el Estado.

La Sociedad Interamericana de Prensa hizo el recuento de los otros cuatro periodistas que fueron asesinados durante estos primeros cuatro meses del año: Moisés Dagdug Lutzow (20 de febrero, Tabasco), Anabel Flores Salazar (8 de febrero, Veracruz), Reinel Martínez Cerqueda (22 de enero, Oaxaca) y Marcos Hernández Bautista (21 de enero, Oaxaca).

Desde el año 2000, 109 periodistas han sido asesinados en México, según el racconto propuesto por la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Lo que colocan a este país como uno de los lugares más peligrosos para ejercer el periodismo.

Artículo 19 reclamó a la Fiscalía General del estado de Guerrero que la investigación sobre la muerte del periodista debe “iniciar de manera pronta, imparcial y expedita, tomando como línea principal de investigación su labor periodística, a fin de esclarecer lo acontecido y evitar un caso más de impunidad.”