En el mundo, más de 700 millones mujeres se casan siendo niñas, es decir, antes de cumplir siquiera los 18 años de edad. El 36 por ciento de ellas contrajo matrimonio incluso antes de llegar a los 15 años de edad.

Entre otras implicaciones, los matrimonios tempranos hacen a las niñas vulnerables a las infecciones de transmisión sexual y a los embarazos no deseados, dada su imposibilidad de negociar eficazmente un sexo seguro.

Ayer, 11 de octubre, se conmemoró el Día Internacional de la Niña, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas hace cuatro años con el objetivo de crear conciencia sobre la situación que viven las niñas a nivel mundial.

Además de los matrimonios precoces, muchos de ellos forzados, las infantes del mundo enfrentan otras problemáticas como la violencia de género, y el acceso limitado a la educación superior y a los servicios de salud reproductiva.

Cada 10 minutos, en algún lugar del mundo, una adolescente muere como resultado de violencia. Ellas, como consecuencia de su corta edad, resultan especialmente vulnerables a la violencia sexual y, en algunos casos, grupos armados las secuestran y explotan sexualmente.

La naturalización de la violencia también es común entre este sector de la población. El 44 por ciento de las adolescentes (de entre 15 y 19 años de edad) de todo el mundo piensa que un marido o compañero sentimental tiene derecho a golpear a su esposa o compañera en determinadas circunstancias.

En el contexto de la cuarta celebración anual del Día Internacional de la Niña, la Organización de las Naciones Unidas Mujeres recalca que aunque las niñas son el futuro, los diversos obstáculos sociales, económicos y políticos que les toca enfrentar limitan sus posibilidades de empoderamiento.