• Home
  • méxico
  • #8M Crónica de una madre que busca: cómo nace una defensora de derechos humanos

#8M Crónica de una madre que busca: cómo nace una defensora de derechos humanos

Eliana Gilet

Especial 8 de Marzo

Hay quienes dicen que sabio es aquel que sabe convertir cualquier situación, incluso las más dolorosas, en una parte de su vida. Que pueden triturar el dolor y volverlo fuerza. Algo de eso le ocurrió a esta madre.

Lo supo entonces, sentada en una oficina del Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausentes.

La mente le volaba en especulaciones, se preguntaba una y otra vez qué hacer para hallar a su niña. Su hija más pequeña, que nunca había hecho algo así, que alguien se la tenía que haber llevado porque tenía apenas 14 años y siempre estaba acompañada. La niña consentida de sus padres. Entonces levantó la cabeza, miró a su marido y le dijo: “Una vez que encontremos a nuestra hija, porque sé que la vamos a encontrar, vamos a seguir buscando. Tenemos que seguir ayudando a los otros que están igual.” Y así fue.

16 días más tarde, su niña apareció junto a otra adolescente proveniente de Guanajuato, a dónde las abandonó el hombre que las había contactado por Facebook. Él mismo las había convencido de que las llevaría a Nueva York, a ella y a su otra amiguita, a quien fueron a buscar a su ciudad.

Cuando su niña apareció temblando, asustada, enojada, en un punto céntrico del entonces Distrito Federal era 2013.

¿Por qué me buscaron?”, preguntó la niña enojada, asustada, temblorosa.

Entonces largó finalmente el llanto y abrazó a sus padres que, en ese acto, volvieron a vivir.

Elizabeth Martínez Martínez es fundadora de Familias Unidas por una Causa, la organización que fundaron junto a su esposo tras dos años de replicar “el método” con otros padres desesperados.

Fue la experiencia traumática y desgarradora la que la hizo, sin querer – o sí, tal vez, queriendo – convertirse en una defensora de derechos humanos, en una experta en la búsqueda de niños y mujeres desaparecidos, en un as de los puntos débiles de las lentas instituciones de gobierno, en la madre de todas y cada una de las 33 que encontraron en los últimos 3 años. También de las 7 halladas sin vida y sobre todo, de las 50 que aún siguen desaparecidas.

La organización nació porque viví la desaparición de mi hija, una pequeña que fue captada por las redes sociales. Entonces nos dimos a la tarea, mi esposo y yo, de hacer toda la investigación, apoyarnos en las autoridades, hacer todo lo habido y por haber. Por suerte, logré recuperarla a los 16 días, pero en ese lapso fue para nosotros la muerte. No descansamos, no teníamos hambre ni sueño. Vivíamos cada segundo para buscarla.”

La recuperamos un jueves de 2013 y al fin de semana siguiente ya nos estaban buscando familias para preguntarnos cómo habíamos activado la Alerta Amber, qué habíamos hecho, a donde tendrían que ir ellos.”

En ese andar doloroso que fue una quincena pero hicieron tanto que pareció un siglo, vieron cientos de casos, de personas en situación mucho más jodida que la propia.

Una de las herramientas a mano es la mencionada Alerta Amber, pero esta familia sólo logró activarla tras ocho de días idas y venidas permanentes al Ministerio Público y a todas las oficinas a las que les señalaban como correspondientes.El principal beneficio que ha traído la utilización de este mecanismo es que, cuando se declara, ya no deben esperarse 24 horas para comenzar a buscar a una persona desaparecida. La búsqueda debe ser inmediata, porque las primeras horas son claves. Sin embargo, dista mucho para que los funcionarios que deben aplicarla, – es decir, activar la búsqueda- conozcan a cabalidad lo que deben hacer.

Cuenta Elizabeth que en el caso de su hija, la alerta la hicieron cumplir ellos: ella, su marido, su hijo mayor, sus familiares y todos aquellos que se solidarizaron con su búsqueda, hasta el comerciante que donó las fotocopias del cartel de la alerta, para que ellos mismos los pegaran en las terminales de camiones y paraderos en las salidas de la ciudad.

Durante los 16 días que la buscamos, estábamos las 24 horas yendo al ministerio público. Si el día hubiera tenido 48, las hubieran ocupado también. Diario. Nos tardamos 8 días para que nos activaran la Alerta Amber. La autoridad valora si amerita o no que se active la alerta. A pesar de hay un estatuto específico para esto, ellos generan un tiempo estimado sin que esté estipulado. Nosotros sostenemos que en casos de desaparición de cualquier niño de 12 años o menos, el llamado de alerta debe ser inmediato.«

«La primera vez que fuimos al Ministerio Público por el caso de nuestra hija, solicitamos la Alerta Amber porque así nos lo habían aconsejado distintas personas a las que recurrimos. ¿Sabes lo que nos contestó el ministerial?: ¿Qué es la alerta ámber? Imagine nuestra frustración. Si para nosotros lograrla fue difícil, a pesar de tener apoyo, imagine cómo será para la gente que llega totalmente bloqueada. Los humillan y los critican. Las instituciones los desarman todavía más.”

Es por eso que el trabajo de Familias Unidas por una Causa es precisamente, actuar sobre ese vínculo entre las familias y las instituciones. Aconsejarlos sobre dónde ir – con ellos en muchos casos – y apoyarlos en el momento de mayor necesidad, saber cómo declarar, qué exigirle a quien. La relación con las instituciones de búsqueda es, lo menos, frustrante.

Ellos toman sus prioridades de qué casos buscar basados en estadísticas que nadie conoce. Les dicen a las familias que los menores regresan solos o que se fueron con el novio. Lo primero que te dicen los investigadores cuando intentas pasarles información que has cosechado es: “Señora, señor su hija se fue con un güey. Mientras ustedes andan aquí preocupados, su hija anda disfrutando por ahí. La parte machista en México es muy fuerte.”

Interviene el papá, hablando por su género: Cuando las hijas se nos van, muchas veces empieza a hablar el ego por nosotros. Ya no la busco más, dicen. Pero eso es tonto, porque en realidad no sabemos lo que está pasando. Es duro aceptar que te está pasando a ti, que ya no puedes pensar que es una cosa que le pasa sólo al vecino, al de al lado porque se lo buscó, porque la niña anda de loca. Siempre hay una justificación para acusar a los demás. Lo viví con mi familia. En lugar de apoyarte, te juzgan y critican para deslindarse de la ayuda, porque ellos tienen que continuar con su vida. Mucha gente no va a dar más allá de un consejo, en algunos casos dinero, pero lo primero que van a hacer es juzgarte. Decirte o pensar que la niña se fue porque tú tuviste la culpa, porque tu no la cuidaste, porque tú, tú, tú. Aquí no se trata de buscar culpables, sino de solucionar el problema de la mejor manera para que todos en la familia estemos vinculados. Volver a reestructurar la familia.”

La desaparición de la niña de Elizabeth sucedió en 2013 -confiemos en que ahora los funcionaros ya hayan tenido tiempo de saber qué es la Alerta Amber – pero entonces, ante la inercia institucional, ellos guiaron la búsqueda. Así, se dieron cuenta que el rapto de su niña había sido premeditado. El apropiador ya había tenido contacto con la niña. Fue duro para los padres descubrir que su chiquita tenía otras 3 cuentas de Facebook de las que ellos no sabían nada.

“Cuando desapareció hicimos un trabajo meticuloso, checando con amigos, viendo a quienes conocíamos y a quiénes conocían ellos, uno por uno. Y las conexiones que tenían entre ellos hasta que dimos con uno. Resulta que todos las niñas que tenía este sujeto, las tenía de amiga mi hija. La fue trabajando, le fue lavando la cabeza para que ella tomara ese tipo de acción. Ya había tomado contacto con la otra niña. Mi hija fue aconsejada por este sujeto para que ella la sacara de su casa. Viajaron juntos a Guanajuato. Entonces vuelven los tres Distrito Federal donde él las va a trasladar a Puebla. Esa es la ruta de la trata hacia el norte.

Estas personas se dedican a ver las grietas de las familias y por ahí se van metiendo, las debilidades de las niñas y los niños, se ganan su confianza. Cuando recuperamos a la niña lo primero que nos dijo fue ¿por qué me buscaron? Me hubieran dejado.”

¿La niña dijo eso?

«Este sujeto hizo un trabajo psicológico con ella, en que le había prometido miles de cosas. Ella en su sueño y en su falta de madurez, se lo creyó. Eso es lo que ahora hacemos. Tratamos de darles esta fortaleza a niños de esa edad de que esto sí pasa. Las niñas y niños son vulnerables y a la misma vez, están ávidos de experiencia. Son adolescentes, pero precisamente por esa juventud, no llegan a comprender los riesgos a los que se exponen cuando entablan contacto con un desconocido.»

Cuentan los padres que el momento posterior al regreso de su hija también fue duro. Que estaba enojada, temblorosa y alterada. Que la vivencia había sido dura y traumática. ¿Cómo salió de eso? Sólo cuando estuvo en contacto con otras mujeres, sobrevivientes al circuito de la trata, y pudo ver su vida en la de ellas comprendió que no era un problema suyo, personal, sino que estaba extendido. Entonces algo hizo click y supo que ella también debía contar el cuento. Ahora lo hace.

Un enjambre de jovencitas que fueron recuperadas sonríen, bellas y jóvenes, desde una foto que Elizabeth muestra en su celular. Son todas sus hijas, ellas, las 33 recuperadas, las 7 halladas muertas, pero sobre todo, las 50 que siguen buscando.

Foto: cartel de búsqueda de los adolescentes Erika Montserrat e Isaac Gamaliel, de 12 años, alerta amber decretada en su búsqueda de este 2 de marzo.
Este material periodístico es de libre acceso y reproducción. No está financiado por Nestlé ni por Monsanto. Desinformémonos no depende de ellas ni de otras como ellas, pero si de ti. Apoya el periodismo independiente. Es tuyo.

Otras noticias de méxico  

Una Respuesta a “#8M Crónica de una madre que busca: cómo nace una defensora de derechos humanos”

Dejar una Respuesta