La Iniciativa Mérida, apoyo e intromisión de Estados Unidos en la guerra contra el narco: Laura Carlsen, directora del Programa de las Américas.
Joana Moncau

La guerra contra el narcotráfico en México “es parte de la estrategia del gobierno de Estados Unidos de proteger sus crecientes intereses económicos en la región e imponer sus prioridades en materia de seguridad, incorporando a sus vecinos – sobre todo a México – en esquemas diseñados por el Pentágono”, afirma Laura Carlsen, directora del Programa de las Américas del Centro de Relaciones Internacionales (IRC).

En entrevista con Desinformémonos, la investigadora señala que «el mecanismo de apoyo de Estados Unidos a esta terrible guerra que tenemos se llama Iniciativa Mérida». Y apunta los datos: Más de mil 400 millones de dólares en equipo, entrenamiento y otros programas han sido asignados a México por el Congreso estadounidense desde que el plan fue lanzado por Bush, en octubre de 2007. «El gobierno de Bush lo diseñó como un plan para tres años; y después el gobierno de Obama anunció que sería indefinido, destinando más recursos a la guerra contra las drogas en México».

Maestra en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Stanford y referente en temas de militarización, migración e intereses de Estados Unidos en América Latina, entre otros, Laura Carlsen afirma que esta guerra es también «el resultado de la urgente necesidad de Felipe Calderón de consolidar su poder enmedio de las protestas y la falta de legitimidad, después del fraude electoral de 2006. En ese modelo Calderón encontró una posibilidad de formar una alianza fuerte con las Fuerzas Armadas, sin la cual probablemente no hubiera tenido la oportunidad de llegar constitucionalmente a la presidencia».

La guerra contra la delincuencia organizada, señala, ha incrementado indiscutiblemente el número de homicidios en México, con 34 mil muertos y ningún resultado positivo de largo plazo, un movimiento contra la violencia en México y severos cuestionamientos en Estados Unidos. Pero aún así, lamenta, «hace poco la secretaria de Estado Hillary Clinton viaja un día a México para dar un espaldarazo a Calderón, por su catastrófica guerra contra el narcotráfico».

La cuestión de fondo, alerta, es ¿por qué al gobierno de Estados Unidos le interesa tanto continuar con este modelo de guerra contra el narcotráfico? Carlsen señala dos de los principales intereses: El primero es porque con esto han logrado un nivel de injerencia en el aparato de seguridad nacional de México sin precedentes desde la Revolución, por lo menos. El Pentágono y especialmente los Comandos del Sur y Norte están marcando la agenda, operando el equipo, entrenando a los comandantes y tropas de las Fuerzas Armadas y las policías en todo el país. «Para los Estados Unidos representa poder utilizar a México para extender su propio ‘perímetro de seguridad’ y consolidar aquí un poder militar y político para hacer contrapeso a los gobiernos progresistas en América Latina, sobre todo Venezuela, como vimos en el cable de Wikileaks».