Berta Cáceres era jóven, vital, activa. Su papel en los movimientos era múltiple, pero incluía la denuncia de la violencia con la que convivían (y conviven) los luchadores indígenas, particularmente del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH). Apenas en febrero, denunció los atropellos a los que fueron sometidos los participantes de una caminata pacífica en defensa del río Gualcarque, como parte de la lucha en defensa de los ríos de la zona occidente del país.
Siempre poniendo el cuerpo y la voz para los movimientos y sus luchas, fue la cara visible de múltiples resistencias territoriales a proyectos mineros, de hidroeléctricas, denunciando represiones y atropellos.
Su asesinato, ocurrido en la madrugada de este jueves 3 de marzo, es un episodio complejo. Según información oficial divulgada en la mañana del mismo día, hay una persona detenida por el crimen, además de una tercera persona que estaba en el lugar donde todo ocurrió.
Berta tenía medidas cautelares solicitadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que debían ser cumplidas por la Secretaría de Seguridad hondureña.
La respuesta oficial ante su muerte, que sacudió no sólo a Honduras, sino al resto de los países vecinos, -incluyendo a México – fue que Berta no se encontraba en su casa cuando la mataron y que el cuidado que le proporcionaban las medidas cautelares oficiales llegaba hasta el patrullaje permanente de su casa.
Su muerte fue condenada por el amplio espectro de organizaciones sociales vinculadas, además de organismos internacionales como el Secretario General de la OEA. En estas tierras, la Iniciativa Mesoamericana de mujeres defensoras de derechos humanos alertó lo mismo que se decía al comienzo: “Una semana antes Berta Cáceres había denunciado mediante conferencia de prensa que cuatro dirigentes de su comunidad, la lenca, habían sido asesinados y otros habían sido objeto de amenazas. Todo ello en un contexto en el que se han agravado los ataques y el hostigamiento contra el COPINH y las comunidades en resistencia frente al proyecto hidroeléctrico de la Empresa DESA-Agua Zarca.»
Desde Desinfomémonos, nos sumamos a la condena del asesinato de Berta, al pedido generalizado de justicia y a la exigencia de que se conozca la verdad sobre la causa y los hechos que rodean su muerte.
Fotos: Premio Goldman / Principal: Berta en el río Gualcarque
[…] http://desinformemonos.org.mx/?p=89253 […]