Nestora Salgado, la mujer

Gloria Muñoz Ramírez

III DE V

Madre de Zayra Crystal, Ruby y Grisel. Hermana de 15 hombres y mujeres. Hija, abuela y esposa, Nestora Salgado es, además, comandanta de la Policía Comunitaria de Olinalá. Bien peinada y maquillada, guapa y con porte, nadie pensaría que esta mujer estuvo al frente de cientos de hombres armados que disminuyeron en un 90 por ciento los niveles de delincuencia en su municipio natal de la Montaña de Guerrero. Ni un solo asesinato se registró desde que entró en funciones el órgano autónomo de justicia.

Nestora viste para la entrevista el color beige reglamentario del penal femenil de Tepepan. De su cuello cuelgan un crucifijo y un escapulario, y de su blusa penden lentejuelas del mismo tono. Sus ojos bien delineados lo mismo se nublan que brillan ante el recuerdo de sus hijas y nietos dispersos entre Estados Unidos y México.

“Yo como mujer, como ama de casa, creo que haber tomado la decisión de estar al frente (de la policía comunitaria) aún sabiendo que tengo hijos, nietos, familia, y que estaba poniéndolos en riesgo, es muy fuerte. Pero también tenía la seguridad y la confianza de que si nosotros levantábamos la voz, el gobierno nos tenía que escuchar. Esa era la convicción”, dice desde el penal en la tercera parte de esta entrevista.

Salgado recuerda que los primeros en llamarla comandanta, los que le dan ese nombre, “son los mismos militares, la Marina… No es fácil que una ama de casa salga a protestar, pero cuando la mujer avanza no hay hombre que retroceda”, afirma.

Sentada en una silla junto a un escritorio del penal, Nestora habla de los hombres: “Yo respeto y admiro al hombre, pero al de lucha, al del campo, al que defiende a su familia, no al hombre que la maltrata, que golpea a la mujer, que maltrata a los niños”. Y de la mujer, dice respetar a aquélla que no se agacha y que lucha. “No respeto a las que por ganarse un puesto se acuestan con el jefe, esa parte es denigrante. Yo digo que lo que te quieras ganar, gánatelo con esfuerzo, con lucha, demuestra tu trabajo, de lo que eres capaz”.

Nestora Salgado se define como “una mujer muy alegre” que “no tenía razones para la tristeza”. Sin estudios mayores, dice hacer lo que su corazón le dicta. Y, sin dudar, explica que lo primordial para el Estado mexicano debería ser la educación y la seguridad.

Cuando salió de Guerrero, recuerda, su pueblo era tranquilo. “no se hablaba de drogas en las calles o con las personas”. Se fue a los 20 años a trabajar como migrante a Estados Unidos, luego regresó a su pueblo periódicamente y se dio cuenta que “las cosas cambiaron tanto, que cualquier chiquillo podía tener acceso a la droga. Esa es la parte difícil y la fea, la que yo siento que el gobierno no ha trabajado”.

Se encontró a un pueblo invadido por el narco y el miedo. “Cuando asustas a la gente, se agacha, se esconde, pero el miedo tiene dos reacciones: agacharse o protestar”. Y ella protestó.

Créditos Video:

Entrevista: Gloria Muñoz Ramírez

Cámara: Ricardo Deneke

Edición: Ilián González

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