Latente, el riesgo de una salida violenta al conflicto de la UACM

Sergio Adrián Castro Bibriesca Foto: Isabel Sanginés

México, DF. En vez de cumplir los acuerdos a los que se comprometió para resolver el conflicto que desde hace tres meses vive la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), la rectoría promueve la confrontación al interior de la institución y abre las vías para la entrada de la policía a los planteles, acusan estudiantes.

La toma del plantel Eugenia de la UACM por parte de los estudiantes obedece a que durante  tres semanas, ni la rectoría de la universidad ni el Gobierno del Distrito Federal (GDF), han  cumplido los acuerdos pactados para la resolución del conflicto, señaló Roberto López, estudiante del plantel Tezonco de la UACM.

Todas las partes del conflicto se comprometieron a acatar los llamados “Acuerdos de la Casa Lamm”, surgidos de la recomendación de un grupo de notables. De acuerdo con los compromisos, tendría que instalarse el Consejo Universitario sin los consejeros impuestos por Esther Orozco y con dos profesores democráticamente electos. De los otros siete casos de impugnación, uno renunció, dos están esperando la resolución del amparo que interpusieron legalmente y cuatro estudiantes aceptaron que se repitiera la elección, expuso Roberto.

En lugar de acatar los acuerdos, apunta el estudiante, 23 consejeros -entre ellos, Esther Orozco- aprobaron la destitución de consejeros democráticamente electos, además de iniciar procesos jurídicos contra estudiantes y profesores participantes en la toma de las instalaciones; estos procesos convalidarían la entrada de la fuerza pública a los planteles.

La toma de las oficinas administrativas de la UACM, ocurrida la noche del 8 de noviembre “tuvo momentos de crispación”, recuerda Roberto López, “pues hablamos de personas con posiciones encontradas”. Aclara que “hubo algunos forcejeos que no pasaron a más”. Sin embargo,  ese mismo día un estudiante fue agredido “de manera salvaje” a las afueras del plantel en Cuautepec por gente afín a la rectora, “y hoy sabemos que tiene un daño irreversible en un ojo”, acusa el estudiante.

“Genera incertidumbre que el GDF y Esther Orozco sigan llamando a sus grupos de choque para que nos confronten; hay un llamado para que vengan a la sede de Eugenia a provocarnos” argumenta el joven, y añade que la fórmula que el grupo de Orozco ha construido a lo largo del conflicto se mantiene: la violencia. Roberto recordó las confrontaciones con grupos de choque, como los que reprimieron a los jóvenes del plantel Cuautepec, “pero no hemos dejado que esa sea la forma de solucionar el conflicto”, señala.

A pocas horas de la toma del plantel por parte de los estudiantes en huelga, el Consejo Estudiantil de Lucha (CEL) de la UACM negó, mediante un comunicado, haber empleado la violencia en la ocupación del inmueble. El CEL niega toda acusación de violencia contra los trabajadores y las instalaciones, así como el uso de armas, contrariamente a “lo que falsamente difunde la rectoría. Todos los empleados salieron del edificio, por lo que éste se encuentra resguardado por el CEL», expusieron.

El subsecretario de Gobierno del Distrito Federal, Juan José García Ochoa, anunció que el 13 de noviembre se instalará una mesa de diálogo con los estudiantes que mantienen el paro en UACM en protesta por la imposición de consejeros universitarios. El estudiante del plantel San Lorenzo indica que irán a la mesa para ver cómo se operan los acuerdos que ya tienen acordados de manera escrita. También asistirán la Asamblea Legislativa y la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal para mediar la negociación.

Al cierre de esta edición, el plantel está en calma. Hay estudiantes resguardando el plantel y a las afueras hay académicos, trabajadores y padres de familia que están con sus familiares desde el inicio de la huelga, que ya llegó a 75 días. Sin embargo, Roberto apunta que con la retención ilegal del salario de todos los trabajadores de la Universidad –que las autoridades realizan desde el 8 de noviembre bajo el pretexto de la toma estudiantil del edificio de Eugenia- existe un riesgo latente de agresiones a los estudiantes en paro y de confrontación entre la comunidad de esa institución educativa.

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