Por la Desmilitarización de las Policías de Brasil

Traducción: César Ortega/Taller Correcaminos

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La Constitución Federal Brasileña de 1988, próxima a completar su primer cuarto de siglo, es obligada a convivir con una serie de fracasos sobre diversos puntos de su texto magno. Muchos de los derechos humanos asegurados por la constitución,  comenzando por el derecho a la vida y la libertad de ir y  venir, continúan siendo cotidianamente violados.

Entre esos problemas, uno de los principales obstáculos, herencia del período Esclavócrata y, más recientemente, de la Dictadura Cívico-Militar, es la violencia sistemática de agentes del estado contra nuestra propia población. La violencia policial es hoy, ciertamente, uno de los principales problemas a ser enfrentados por Brasil en lo que respecta a la defensa de los derechos humanos en nuestra sociedad. La persistencia de la tortura en los abordajes cotidianos y en las delegaciones de policía, como “técnica” de “investigación” por parte de esas instituciones, incluso en el período pos-dictadura; el encarcelamiento masivo de personas (Brasil actualmente ocupa la 4ª posición mundial, con más de 520 mil personas en privación de su libertad); y, principalmente, las ejecuciones extrajudiciales cometidas sistemáticamente por agentes del estado, conforman un cuadro preocupante en la relación a la seguridad pública y a las garantías básicas de la ciudadanía para la gran mayoría de la población.

Es dentro de los varios aspectos de ese problema que las ejecuciones sumarias cometidas por grupos de policías militares o paramilitares de exterminio configuran, ciertamente, la dimensión más brutal. No fue otra la conclusión del más reciente Mapa de la Violencia (2012), coordinado por el profesor Júlio Jacobo Waiselfisz y divulgado al inicio de este año por el Ministerio de Justicia, el cual procuró investigar “los nuevos padrones de la violencia homicida en Brasil”: a lo largo de los últimos 30 años, mas de un millón de personas fueron asesinadas en el país. En este período histórico, irónicamente concomitante a la redemocratización brasileña, hubo un aumento de 127 por ciento en el  número de homicidios anuales en el territorio nacional – de los cuales, la inmensa mayoría de las víctimas está compuesta por jóvenes pobres y negros, conforme demuestran las diversas estadísticas correlacionadas en el estudio. Verdaderos números de guerra.

Un escenario que ha preocupado en forma creciente tanto a la opinión pública como a diversos órganos especializados en Derechos Humanos, no tan sólo brasileños, sino también de diversas entidades internacionales. Teniendo en cuenta todo esto, se han multiplicado a nivel internacional demonstraciones contundentes de la preocupación por parte de esos órganos en relación a Brasil: el recién lanzado “Estudio Global sobre Homicidios – 2011” , realizado por el Departamento de Drogas y Crímenes de la ONU (UNODC) confirma que, de las 207 naciones investigadas, el país presenta el mayor número absoluto de homicidios anuales: 43 mil 909, en 2009 – siendo que ya pasó a 47 mil en 2011.

Amnistía Internacional volvió a denunciar, en su informe anual de 2012, la violencia y “el abuso policial como uno de los dos problemas más crónicos del país” ; incluso el Departamento de Estado Norteamericano, afirmó enseguida que “la violencia policial mancha los Derechos Humanos en Brasil” ; y, todavía más recientemente, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU recomendó explícitamente que Brasil trate de “combatir la actividad de los ‘escuadrones de la muerte’ y que trabaje para suprimir la Policía Militar, acusada de numerosas ejecuciones extrajudiciales”.

En las últimas semanas, debido a la nueva ola de violencia policial en el estado de São Paulo, se volvió a hablar en la opinión pública de algo que nosotros de la Red Nacional de Familiares y Amigos de Víctimas defendemos hace algún tiempo: la DESMILITARIZACIÓN DE LAS POLICÍAS BRASILEÑAS. Este fue uno de los temas defendidos en la Audiência Pública realizada el día 26/07/2012, en São Paulo, convocada por el Ministério Público Federal, la Defensoría Pública del Estado de São Paulo, el Condepe-SP, las Madres de Mayo, el Movimiento Nacional de Derechos Humanos y otros movimientos del estado .

Fue también lo que defendió el profesor de filosofía de la USP, Vladimir Safatle, en su texto semanal como articulista en el periódico Folha de S. Paulo.  En la madrugada del día 26 para el 27 de julio, una masacre dejó 6 personas muertas en la región de Jaçanã, Zona Norte de São Paulo, y diversas casquillos de uso restringido para la policía fueron encontradas en los locales de esas muertes . El sábado 28 de julio, otra trágica noticia para todos nosotros: los policías militares del escuadrón BOPE [tropa de élite de la Policía Militar de Rio de Janeiro] hicieron otra víctima fatal en Río de Janeiro: la joven Bruna Ribeiro da Silva, de apenas 10 años, habitante del Morro da Quitanda, fue alcanzada por una bala de fusil en el estómago, dentro de su propia comunidad .

¡ESTE CUADRO DE TERROR COTIDIANO TIENE QUE ACABAR!

¡POR LA DESMILITARIZACIÓN DE LAS POLÍCIAS EN TODO BRASIL! 

La semana pasada, el día 19 de julio, la Policía Militar de São Paulo, en medio de varios asesinatos ya había quitado la vida al joven Bruno Vicente de Gouveia y Viana, de apenas 19 años, que recibió 25 tiros en el carro en que estaba con 5 amigos, en la comunidad del Morro do São Bento, en Santos-SP.

El joven Bruno y la chica Bruna se juntaron a las CENTENAS DE MILIARES de víctimas fatales de la violencia policial militar en el reciente período «democrático» brasileño.

En homenaje a Bruna e a Bruno, y a todas las otras víctimas fatales cotidianas de las policías militares en todo el país, durante los últimos 30 años de «democracia», nosotras de las Madres de Mayo de São Paulo, junto a la Red de Comunidades y Movimientos Contra la Violencia de Río de Janeiro, la Campaña ‘Reacciona o Serás Muerto/a de Bahía, el Frente Anti-Carcelario de las Brigadas Populares de Minas Gerais, la Asociación de Madres, Familiares y Amigos de Víctimas de la Violencia del Estado en Espíritu Santo, la Red Dos de Octubre – Por el Fin de las Masacres, y toda la Red Nacional de Familiares y Amigos de Víctimas de la Violencia del Estado, hemos pedido desde hace algunos años la DESMILITARIZACIÓN DE LAS POLICÍAS EN TODO EL BRASIL.

¡Vamos tod@s a reforzar esa idea! Todas las Brunas y Brunos que componen la mayoría de nuestra población, pobre y negra habitante de las periferias, merecen cada minuto de nuestra lucha por Justicia y Paz!

#BRUNA Y BRUNO SIGUEN PRESENTES EN NUESTRA LUCHA!

#POR LA DESMILITARIZACIÓN DE LAS POLICÍAS DEL BRASIL!

#PAZ EM LAS PERIFERIAS DE TODO EL PAÍS!

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