La sequía y la barbarie: por tomar agua de un pozo asesinan a una niña en Durango

Sofía Sánchez Morales

 

México. En el estado de Durango, al norte del país, hay zonas en las que hace más de dos años no llueve. En los últimos 22 meses se han perdido 350 mil cabezas de ganado. La tierra se encuentra erosionada y esto ha provocado una baja en la producción agrícola, la cual depende en un 80 por ciento de temporal –es decir, depende por completo de las precipitaciones. Quienes allí habitan luchan todos los días por conseguir agua y alimento.

Ya en octubre de 2011, las presas de la entidad registraban un almacenamiento promedio que no superaba el 48 por ciento de su capacidad. La escasez era aún mayor en los municipios de la zona semidesértica: Tlahualilo, San Juan de Guadalupe, Cuencamé, Simón Bolívar y Guadalupe Victoria. Esto ha significado crisis en varios aspectos de la vida de los duranguenses. El principal y más preocupante es el hambre.

Lejos de resolverse o aminorar, con el paso de los meses, el problema únicamente ha continuado agravándose. Hace apenas unos días, el viernes 8 de junio, se dio a conocer la noticia del asesinato de Regina Flores Flores, una niña de ocho años de la comunidad indígena de El Chalete, quien había recorrido un kilómetro y medio a pie, junto a su padre, para buscar agua en un pozo. Al llegar a la comunidad La Cantimplora, un hombre los amenazó exigiéndoles que no tomaran el agua. Tras un pleito verbal entre los dos hombres, padre e hija llenaron sus tres barricas. El hombre, que se había retirado tras el conflicto, regresó armado y disparó en repetidas ocasiones. Una de las balas entró por la espalda de Regina, impactando su riñón y quitándole la vida.

El hambre ha provocado el movimiento migratorio de miles de familias, que se trasladan hacia la capital estatal, a Zacatecas, a Nayarit, a Monterrey, y –quienes pueden- a los Estados Unidos. Esto provocará también que, aunque se prevé que con esta temporada de huracanes haya una mejoría en la situación de estiaje, no haya quien trabaje las tierras.

Para quiénes se quedan, “la situación ha sido muy dura” asegura Santos de la Cruz Carrillo, miembro del Consejo Regional Wixarika y autoridad agraria de la comunidad de Bancos de San Hipólito, municipio de Mezquital, Durango. “La sequía está pegando en toda la nación mexicana, pero sobre todo en ciertos puntos, zonas desérticas como los estados de Durango, San Luis Potosí y Sonora”.

Una sequía como la vivida desde el año pasado en Durango y en toda la región del norte “a nosotros, el pueblo wixarika, nos da un golpe fuerte, porque nosotros los pueblos indígenas mantenemos este proceso de cosecha, de siembra de maíz, que es la base de la alimentación para las familias. El pueblo wixarika se sostiene de este elemento fundamental, por lo que la sequía es un golpe fuerte. El maíz es parte de nuestra sobrevivencia y todo el trabajo que hacemos cuando sembramos es para las familias. Sembramos para tener un sustento anual”.

En Durango, el precio de la tortilla ha aumentado, especialmente en lugares apartados, como el municipio de San Dimas, donde el kilo de tortilla vale hasta 18 pesos. A pesar de ello, el consumo de este producto ha aumentado, puesto que es el único alimento con el que las familias mexicanas no están dispuestas a hacer ajustes. Pueden dejar de consumir verduras, carnes, legumbres, pero, como consecuencia, la tortilla cobra mayor importancia en la dieta diaria.

El secretario de gobernación Alejandro Poiré, declaró el 14 de junio que entre enero y mayo del año en curso se entregaron 27 mil millones de pesos a los 22 estados que sufren por la sequía en el norte del país. De éstos, 300 millones se han utilizado para asegurar abasto de agua potable, 265 millones para acceso a alimentación y ayudas a la salud y 500 millones han sido destinados a estrategias de empleo temporal. Además, 10 mil 138 millones han sido canalizados al mantenimiento de las capacidades productivas, 330 millones al uso sustentable de recursos naturales, 380 millones a seguros para productores y 10 mil 900 al fomento a productores.

Sin embargo, la población y los campesinos no parecen estar recibiendo los beneficios de tal inversión. Santos explica que “muchas de las veces, sale el recurso y se quedan en las instancias de arriba. No llega realmente a los afectados. Entonces, creo que es importante hacer un llamado a que el Estado mexicano no solamente ofrezca alternativas como despensas, cheques de cinco mil pesos para cada familia o equis cantidad de pesos, sino que implemente proyectos sustentables, proyectos que realmente funcionen en las regiones”.

De acuerdo con Santos “es el Estado a quien le compete invertir para regularizar y revertir de alguna forma esta situación. De alguna forma tienen que implementar proyectos para las comunidades desamparadas por fenómenos naturales, como las sequías”.

Santos de la Cruz reconoce que el principal problema no es político, sino cultural y social. “Nos ha fallado la cultura, de no cuidar el medio ambiente, de no cuidar la naturaleza. Ante esta crisis de cambio climático que se vive, nosotros como ciudadanos de este país y de este mundo, estamos obligados a cuidar, porque en nuestras regiones hay un deterioro, hay invasión, tala en los pueblos. Nuestros recursos naturales están siendo acaparados por las empresas, por un grupo de poder que perjudica a la madre naturaleza”.

Otro factor a considerar, indica la geógrafa María Aldana, es el de la siembra de droga: “Esta sí es una sequía más alargada, pero hay que ver los pluvímetros, el agua que se filtra la están agarrando para otros intereses. En Durango hay mucho narcotráfico y no lo habría si no hubiera agua ni dónde sembrar”. Además, aunque no ha habido lluvia, sí nevó este año en el norte del país y éste es otro importante suministro de recursos líquidos.

Mientras tanto, la naturaleza sigue su camino, las familias sufren sus estragos, Regina está muerta, y el director general de la Comisión Nacional de Agua (Conagua), José Luis Luege Tamargo, ha informado que las perspectivas en cuanto a lluvias para esta temporada son “más bien preocupantes. Ahora sí que se vale rezar, se vale hacer lo que sea para que esta temporada de ciclones sea más favorable. El pronóstico de lluvias ahorita no es favorable”.

Publicado el 18 de junio 2012

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