Cien días de la huelga estudiantil más grande en la historia de Quebec

Alexandre Beaudoin Duquette

Quebec, Canadá. Fue el 13 de febrero de 2012 cuando las primeras asociaciones estudiantiles entraron a huelga en la provincia de Quebec. Para el 22 de marzo, el movimiento incluía aproximadamente a 300 mil alumnos, lo que lo convierte en la huelga estudiantil más grande de la historia de Quebec. En el momento de escribir este texto, el 21 de mayo, hay todavía cerca de 155 mil estudiantes en huelga, de acuerdo con el sitio www.bloquonslahausse.com. Estos estudiantes llegan ya a 100 días de paro.

El detonador de esta huelga fue que el gobierno de Quebec, encabezado por el Partido Liberal de Jean Charest, anunció que aumentaría el costo de la matrícula en 75 por ciento de manera progresiva durante cinco años (es decir, aumentar el costo de la matrícula de 325 dólares cada año durante cinco años). Sin haberse aún sentado a negociar con los alumnos, la entonces ministra de educación, Line Beauchamp, anunció el 5 de abril a los medios de comunicación una oferta. Dicha oferta consistía en aumentar el costo de la matrícula en 82 por ciento progresivamente durante siete años en vez de cinco, y extender el programa de préstamos a los estudiantes cuyas familias tienen un ingreso menor a 45 mil dólares al año (actualmente, sólo los estudiantes cuyas familias tienen un ingreso menor a 35 mil dólares son elegibles para recibirlos). Como era de esperarse, la mayoría de los estudiantes en huelga rechazaron la oferta. El gobierno decidió quedarse de brazos cruzados alegando que no iba a discutir mientras hubiera «violencia e intimidación».

Al hablar de violencia y de intimidación, el primer ministro no se refiere tanto a las manifestaciones estudiantiles como a ciertas acciones de perturbaciones económicas como, por ejemplo, el bloqueo del Puerto de Montreal o de la sede de la Société de Alcools du Québec, entre otras, y también a enfrentamientos que empiezan a ser cada vez más frecuentes en los campus universitarios y en los Cégep[1]. Esto es porque algunos estudiantes que están en contra de la huelga decidieron acudir a los tribunales para conseguir órdenes especiales de la corte que obliguen a las instituciones educativas públicas a seguir impartiendo sus cursos. Las cortes accedieron a las demandas de estos estudiantes, con lo que éstos se consideran con el derecho de atravesar los piquetes de huelga.

Los estudiantes a favor de la huelga eligieron el cuadrado rojo como símbolo de su lucha en referencia a la expresión quebequense carrément dans le rouge, lo cual se podría traducir literalmente como “estar cuadradamente en el rojo” (“estar en el rojo” significa estar endeudado, y la expresión “cuadradamente” equivaldría a “definitivamente”). Por lo tanto, los estudiantes anti-huelga decidieron adoptar un cuadrado verde para simbolizar la contraparte.

Existen cuatro federaciones estudiantiles en Quebec: la Federación de los Estudiantes Colegiales de Quebec (FECQ), la Federación de los Estudiantes Universitarios de Quebec (FEUQ), la Mesa de Concertación Estudiantil de Quebec (TACEQ) y la Coalición Amplia por una Solidaridad Sindical Estudiantil (Classe). Las dos primeras existen desde hace mucho tiempo y los gobiernos ya las conocen. La tercera existe desde el año 2009 y cuenta con menos miembros que las otras tres. La cuarta se formó a raíz de otra huelga, que tuvo lugar en 2005, y su objetivo a largo plazo es la gratuidad escolar. Tiene un modus operandi que se caracteriza por su horizontalidad; el representante sólo es un portavoz, lo cual significa que no puede tomar decisiones ya que son las asambleas que lo hacen; también es un movimiento muy plural que emplea todo tipo de acciones, que pueden ir hasta la acción directa y la desobediencia civil pacífica. Esta federación representa a alrededor de mitad de los estudiantes de Quebec.

El gobierno decidió agarrar a esta asociación como chivo expiatorio, tildarla de violenta y chantajear a las otras federaciones para marginarla y romper la unidad que se había logrado en el movimiento. Sin embargo, su estrategia no parece haber funcionado muy bien. Con todo esto, uno se puede imaginar cuánto tiempo el conflicto se pudrió sin que el gobierno se sentara a negociar. Mientras que el gobierno de Quebec hace como si no pasara nada, las manifestaciones se multiplican y la respuesta de la policía se hace cada vez más violenta. El 7 de marzo, la explosión de una granada de concusión, lanzada por la policía de Montreal con el afán dispersar una manifestación, habría lesionado severamente el ojo de un hombre de 22 años. El 8 de mayo, este hombre afirmaba que “sólo lograba distinguir unas manchas de colores” con este ojo.

Una marcha contra el Foro del Plan Norte (un “proyecto de desarrollo” del norte de la provincia, en el cual se contempla una fuerte participación del capital extranjero) se convirtió en una verdadera batalla campal. Hubo muchos heridos y, mientras la sangre fluía afuera del Palacio de Congresos de Montreal, adentro, el primer ministro improvisó unas bromas cínicas para burlarse de los manifestantes, las cuales desataron las carcajadas arrogantes de un público poderoso y adinerado.

Luego, los estudiantes iniciaron un conjunto de acciones que denominaron «una marcha cada noche hasta la victoria». Muchas de éstas se convirtieron en motines como, por ejemplo, la del día 20, que terminó con un saldo de 305 detenidos y una decena de heridos.

El 4 de mayo inició el consejo general del Partido Liberal de Quebec. Estaba planeado que se hiciera en la ciudad de Montreal, pero decidieron trasladarlo a la ciudad de Victoriaville, ubicada a aproximadamente 120 kilómetros de la ciudad de Quebec. Se presupone que la decisión de trasladar el evento fue motivada por el miedo a los disturbios, pero otros creen que fue más bien para que los manifestantes tuvieran que enfrentarse con otro tipo de fuerza policial.

Los manifestantes llegaron al lugar en autobús y ahí la represión fue todavía más severa. Como he mencionado, ya no era la policía de Montreal sino la policía provincial quien tenía a cargo la seguridad del evento. Dispararon balas de plástico muy grandes (aproximadamente 11 centímetros de largo y 3 de diámetro) que no se habían usado para reprimir las manifestaciones anteriores. Cuando son disparadas, alcanzan una velocidad de 74 metros por segundo. Se usaron tantos gases lacrimógenos que la gente dentro del congreso se sintió incómoda.

Durante esta represión, otro manifestante perdió un ojo, otro más perdió el oído y hay también conmociones cerebrales y fracturas del cráneo, entre otras heridas. Llegaron al punto de cargar contra la multitud con una patrulla cuando un grupo de manifestantes golpeaba a un policía.

Mientras trascurrían estos acontecimientos, la ministra de la educación estaba negociando por primera vez con las cuatro federaciones estudiantiles. Las negociaciones duraron mas de 22 horas y parecía que se llegaba a un acuerdo: mantener el aumento sin que la factura de los estudiantes suba por medio de la reducción de los «costos aferentes», es decir, todo lo que paga un estudiante que está relacionado con lo que la universidad le cobra, pero no el gobierno.

El problema es que una vez que se firmó el convenio muchos se dieron cuenta de que esto no era cierto. Los representantes de CLASSE contaron que, cuando firmaron el acuerdo, había errores. Pidieron que se corrigieran. Cuando recibieron la copia corregida, revisaron rápido, presionados por la contraparte, si los errores habían sido corregidos. Una vez firmado, lo volvieron a leer y se dieron cuenta de que se habían borrado unas cláusulas del acuerdo. El acuerdo fue nombrado por los estudiantes como offre de marde (oferta de mierda) y fue rechazado.

La semana pasada, la ministra de la educación renunció y fue reemplazada por otra. Ésta y el primer ministro presentaron la ley 78, que fue adoptada el viernes 18 de mayo. Se trata de una ley que contiene muchos puntos que contradicen principios fundamentales de un Estado que se pretende democrático. Por ejemplo, el artículo 9 borra la separación de poderes al permitir al gobierno “bajo la recomendación de la ministra de la Educación, de la Recreación y del Deporte […] tomar todas las medidas necesarias, especialmente prever las disposiciones legislativas y reglamentarias que no se aplican y prever cualquier otra adaptación necesaria a las disposiciones de la presente ley de sus textos de aplicación”. Prohíbe las manifestaciones en los campus universitarios y colegiales, así como aquellas que se realicen a menos de 50 metros.

El artículo 30 es también preocupante para la salud democrática del Estado quebequense, ya que estipular que “cualquiera que ayude o lleve a otra persona a cometer una infracción a la presente ley comete él mismo esta infracción y es sujeto a la multa […]”. Asimismo, los itinerarios de las concentraciones de más de 50 personas tienen que ser otorgados a la policía al menos 8 horas antes del evento, especificando los medios de transporte que se van a usar. Las multas para estas infracciones son desmedidas y aumentan según sea una persona (de mil a 5 mil dólares), un representante estudiantil (7 mil a 35 mil dólares) o una asociación estudiantil (25 mil a 125 mil dólares). La ley recibió el apodo de loi matraque (ley macana).

Al momento de escribir estas líneas, la vigésimo octava manifestación nocturna se desenvuelve de manera tranquila. Se pueden ver las marchas en el sitio Internet de la televisión de la Universidad Concordia y también en el canal de noticias de Radio Canadá.

Unas últimas palabras en relación con la televisión de la Universidad Concordia: ésta constituye una revolución mediática para Quebec, dado que son los estudiantes quienes la echan a andar y cubren las manifestaciones desde dentro. De hecho, el 20 de mayo los que cubrieron la marcha fueron golpeados por agentes de policía que dañaron su cámara.


[1] Establecimiento de enseñanza público de nivel post-secundario, pero pre-universitario.

Publicado el 28 de mayo 2012

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