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La resistencia comunitaria ante el embate policiaco en el estado de sitio

Testimonio recogido en Huehuetenango, Guatemala

Huehuetenango, Guatemala. El 1 de mayo pasado, miembros de la empresa Hidro Santa Cruz –que pretende construir una hidroeléctrica en la localidad de Santa Cruz Barillas, en Huehuetenango– dispararon en contra de tres campesinos que pasaban frente a sus instalaciones.

Andrés Francisco Miguel murió víctima de este ataque, mientras que Pablo Antonio Pablo y Esteban Bernabé –quienes se han negado a vender sus tierras a la empresa– resultaron gravemente heridos.

Ante estos hechos violentos las comunidades indígenas se levantaron indignadas y exigieron el respeto a sus derechos ante las autoridades y cuerpos de seguridad.

Esta situación y la coyuntura de feria patronal, fue aprovechada por grupos vandálicos ajenos a las comunidades para provocar disturbios, y el gobierno decretó el estado de sitio en el municipio.

Desde ese día, miembros del ejército y la policía nacional tomaron el pueblo y realizan cateos a casas habitación y capturas sin órdenes judiciales en contra de líderes comunitarios y personas inocentes.

Desde el año pasado las comunidades de este municipio han manifestado su rechazo a la construcción de la hidroeléctrica Cambalam.

Ante la férrea oposición la empresa amenazó a las comunidades y acusó penalmente a los líderes de delincuentes y criminales, e incluso colocó bombas en los alrededores del lugar donde se pretende construir la hidroeléctrica.

El Consejo de Pueblos de Occidente (CPO) afirmó que el estado de sitio de Huehuetenango “sólo persigue y viola los derechos de los líderes que buscan defender su territorio y derechos colectivos consagrados en la Constitución política y convenios internacionales de derechos humanos”, y exigió al presidente – el ex militar Otto Pérez – que diera marcha atrás con sus políticas de remilitarizar los territorios”.

Durante las detenciones, Aurora, una lideresa comunitaria, logró huir a la montaña, desde donde escribió el siguiente testimonio.

Estoy llorando, sufriendo por ver el desalojo que están haciendo. El cateo de casas y de personas deja en nuestro pueblo de Barillas una gran tristeza, un gran dolor. Esto que está sucediendo aquí con nosotros es tres veces peor que en 1982.

El pueblo de Barillas repudia terminantemente lo que está sucediendo en nuestro municipio. Pedimos al gobierno y a las instituciones que retiren el estado de sitio lo más pronto posible.

Nos duele mucho ver que las mujeres y los niños lloran, los hombres son perseguidos, sentenciados por una cosa falsa: por discriminar a la personas. Nosotros como pueblo de Barillas hemos hablado mucho tiempo, hemos propuesto muchas formas para poder dialogar, pero las autoridades nunca han escuchado nuestro diálogo.

Nunca nos han querido escuchar, el corazón de los hombres este lleno de tristeza y está lleno de dolor, estamos siendo golpeados por el estado de sitio en Barillas.

Por eso, exigimos que se retiren las tropas lo antes posible, para que las mujeres y los niños dejen de sufrir lo que están sufriendo. Queremos que el gobierno se responsabilice de todo lo que se están llevando estas tropas.

Queremos que estas tropas, conformadas por el ejército, policías y civiles, devuelvan toda la papelería que se han llevado, principalmente la que se llevaron de mi hogar. Ellos entraron en mi hogar, ellos se llevaron mi DPI (Documento Personal de Identificación) y mi cédula. Se llevaron mucha papelería que yo uso con grupos de mujeres donde trabajo en forma de desarrollo. Tenía también mis tarjetas bancarias, aunque no tengo miles de quetzales, quizá unos mil o dos mil quetzales, pero ellos se han llevado todas las tarjetas del banco, del banco Banrural.

Por eso, exijo que devuelvan la papelería, que el gobierno se comprometa a ver qué están haciendo estas tropas y que nos devuelvan una a una las cosas que se están llevando.

En el pueblo de Barillas queremos que se escuche nuestra voz, que se riegue en todos los lugares la tristeza el dolor que estamos sufriendo en estos momentos, tenemos cinco días de tener tristeza, de tener dolor, de tener llanto, y queremos que se nos escuche, y que por dios pongan manos a la obra de retirar este estado de sitio, ya no queremos que nos sigan asesinando, que nos sigan discriminando.

Sufrimos tanto en 1982, cuando nuestros padres fueron matados, cuando nuestros hermanos fueron matados. Ellos vivían en las montañas y los tiraban, y eso ya no lo queremos, por eso en nombre de dios les rogamos que nuestro pueblo regrese a la normalidad.

Somos gente pobre, somos gente honrada, nosotros juramos por dios no tener la mancha de la cual ellos nos acusan, de los que ellos nos quieren acusar y ellos lo saben, el gobierno debe de investigar, antes de tratar de agarrar gente inocente y hacer sufrir al pueblo.

Nostras como mujeres somos las que más sufrimos, miramos a nuestros hijos llorar, miramos a nuestros hijos sentir hambre, nosotras con la pena de que el ejército nos sentencie, aunque no hicimos tales cosas. Nos llevan y nos metan en la cárcel por muchos años. Yo quiero que se esclarezca esto y que el estado de sitio se acabe, que se retire el ejército de nuestro pueblo.

Lo único que queremos es que se esclarezca la muerte de nuestro hermano que murió aquí en el pueblo de Barillas, en un cantón, que se esclarezca quiénes balearon a otras dos personas que están en el hospital. Exigimos que sean aclarados estos hechos de violencia, y que dejen de perseguir a gente inocente es lo que quiero decirles en nombre del pueblo de Santa Cruz Barillas, y todas sus comunidades.

Un señor que está conmigo aquí quiere saber cuánto tiempo durará esto, y también quiere saber ¿qué va a hacer el gobierno con nosotros?

Nuestro pueblo de Barillas dio su voto para aquí estar en democracia y hoy nos hacen sufrir. ¿Qué pasa? ¿Qué es lo que está sucediendo? Eso queremos saber aquí en Barillas.

Tengo cinco días de estar corriendo en montañas, rodando, sufriendo hambre. ¿Por qué?

A mí a mi compañero nos persiguen porque hemos luchado con el frente nacional de lucha, nos persiguen porque están enojados.

Especialmente los trabajadores de la empresa Hidro Santa Cruz son los que más nos amenazan vía telefónica. No tengo el informe completo de las detenidas, sólo sé que es una Aurora López y sé que otra se llama Carmen. De aquí de nuestra comunidad sí tengo el informe, está detenido Jaime Leocadio Velázquez.

Publicado el 14 de mayo 2012

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