Desde Grecia, obreros con dignidad de acero

Marina Demetriadou

Mientras los medios de comunicación convencionales presentan el fuego y la destrucción como la respuesta a la política neoliberal de austeridad extrema aplicada en Grecia (1), la verdadera resistencia toma lugar lejos de las cámaras y de varias formas: negaciones masivas para pagar los impuestos extraordinarios, cocinas populares, trueques e intercambio de servicios, ocupaciones de edificios de administración para impedir la aplicación de las nuevas medidas de austeridad, solidaridad con los despedidos y los desempleados, entre otras cosas, que suceden de manera organizada o espontánea.

Todas estas acciones son importantes para el ánimo, la sobrevivencia y la articulación de redes de solidaridad, pero hay una movilización que se considera el frente por excelencia de la lucha contra el neoliberalismo: la huelga de una acerería cercana a Atenas que lleva ya tres meses de paro. La demanda es simple: ocho horas de trabajo al día, cinco días por semana y sueldo digno.

La crónica

El otoño pasado la empresa “Chalivurgía Elados” (Acerería de Grecia) anunció dos soluciones para los problemas económicos que enfrentaba: 1) trabajo rotativo de cinco horas diarias (con uno 40 por ciento de reducción del salario) ó  2) 180 despedidos. De las dos fábricas que tiene la empresa, la de Volos aceptó la reducción del horario (y del salario), pero los 373 trabajadores de la fábrica de Asprópirgos, ubicada cerca de Atenas, rechazaron “las soluciones”. Como primera respuesta, la empresa despidió a 34 obreros por lo que los trabajadores decidieron en una asamblea masiva bloquear la entrada de la fábrica y empezar una huelga. Al día siguiente la empresa despidió a 16 trabajadores más. Los obreros rechazaron la solución conciliadora propuesta por la empresa para seguir con el mismo horario y el mismo sueldo, sin regresar su plaza a los 50 despedidos. Los obreros han estado en huelga sin interrupción desde el 31 de octubre.

La palabra de los obreros

Los medios de comunicación convencionales casi no mencionan la huelga. En cambio, los medios alternativos han cubierto la lucha desde su inicio, de manera extraordinaria y sin precedente en la historia de Grecia: entrevistas, documentales, difusión de comunicados, testimonios personales de gente que ha visitado la fábrica y actos de apoyo en todo el país a los que invitan a representantes obreros en huelga, son algunas de las formas en que su palabra es difundida.

“La lucha por el horario de ocho horas de trabajo, cinco días a la semana está manchada con sangre. Nosotros no podemos deshacerlo. Si esto nos pasa a nosotros, a ustedes los van a hacer pedazos”.

La huelga ha recuperado un heroísmo viejo y olvidado. Los obreros están decididos a luchar “hasta su última gota de sangre”, como dicen, por una lucha que consideran no suya, sino de todos los trabajadores del país.

“Si la nuevas medidas pasan por acá, no dejarán nada intacto. Si acá esas medidas se hacen trizas, nada será lo mismo en las demás fábricas. Nuestra lucha es para todos los trabajadores. Hay miles de ejemplos y todos tenemos experiencia: son los empresarios los que dañan nuestras casas y no nuestra lucha por trabajo. Defendemos nuestra sobrevivencia con lucha y no con súplicas” (Comunicado de los huelguistas el 30 de noviembre de 2011).

Los huelguistas cuentan también la realidad de trabajo que vivían antes de la huelga: “Quiero decirte algo, porque no sé cuánto durará esta huelga que hemos empezado ni hacia dónde va. Lo que debes saber ahora y escribir es que nosotros ya nos sentimos ganadores… ¿Y sabes por qué? Porque estamos con Dimistris y Cristos tantos días seguidos en la vigilancia, en las marchas, en las salidas de volanteo, como hoy, pero antes de noviembre trabajábamos en la misma fábrica y ni nos saludábamos. A lo mejor reconocíamos uno el rostro del otro”. (Periódico del partido comunista, 15 de febrero 2012).

La falsedad de la crisis económica

Desde el inicio de la crisis muchos negocios han quebrado, en especial en las grandes ciudades. Un caminante que pasa por las calles de los barrios encuentra una tras otra las tiendas cerradas. Pero también hay otra realidad paralela: muchos negocios, pequeños y grandes, aprovechan la crisis y las medidas de austeridad para empeorar las condiciones del trabajo, amenazando a los trabajadores con la bancarrota de los negocios, chantajeántolos para aceptar salarios disminuidos por más horas laborales. Parece que la “Acerería de Grecia” está en la segunda categoría.

Los obreros aseguran que la producción ha aumentado 70 toneladas durante los dos últimos años para cubrir la demanda, que no ha bajado con la crisis. En la página electrónica de la empresa se presume su participación en todos los megaproyectos de Grecia y el aumento de su cotización en la bolsa de valores de Londres. Analistas económicos la incluyen dentro de las 20 empresas más grandes del país.

Su ataque a los trabajadores se perpetra con el consentimiento del Estado griego. Aunque la “propuesta” de disminuir el horario significa violar los contratos colectivos de trabajo, el ministerio de trabajo “aconsejó” a los huelguistas aceptarla para no perder su trabajo. No fue sorprendente, porque los acuerdos que ha firmado el Estado para obtener préstamos de las agencias económicas internacionales permiten acuerdos individuales que no respetan los contratos colectivos. Además, la disminución del sueldo que propuso la empresa es del mismo monto que el aprobado bajo las nuevas medidas de austeridad como pago por ocho horas de trabajo.

La solidaridad

Desde el primer día de la huelga, los obreros han recibido una solidaridad que conmueve. Escuelas enteras recogen dinero para mandarlo a la fábrica, grupos en toda Grecia realizan actos de apoyo y recogen recursos, comida y otras cosas para los huelguistas. Hombres y mujeres, de manera individual o colectiva, pasan todos los días por la fábrica y dejan comida y dinero; en todas las marchas hay mantas con consignas solidarias para la huelga, lo mismo sucede en partidos de futból. También se han organizado varios actos solidarios en otros países (muchos textos y actos de solidaridad en castellano tienen el título “Dignidad de Acero”). Ha quedado claro que la huelga en la acerería es una lucha de todos los trabajadores. Muchos de los huelguistas admiten que tal vez no hubieran podido seguir sin todo este apoyo.

“Sí, puedo decir que he llorado muchas veces”, dice el encargado de la comida en la huelga. “Por ejemplo, cuando los conscriptos que hacen su servicio militar obligatorio recojen dinero, de lo poco que tienen, y lo mandan a la fábrica, o cuando una mujer de 60 ó 70 años llega y nos da las 2 ó 3 cositas que tenía en su refrigerador y nos pide disculpa porque no pudo dar más”.

“Es tanta la solidaridad de la gente que sería una traición si nos retiramos”, repiten los obreros en las entrevistas. “Hoy somos nosotros, mañana serán ellos”.

Muchos dicen que esta solidaridad debe extenderse en toda la sociedad, porque nadie puede superar solo esta tormenta. “La solidaridad que recibimos nosotros en alimentos y dinero, debemos darla en fuerza a los demás hasta que pase esta situación. Y cuando ganemos, daremos la misma solidaridad a otros lugares de trabajo, donde se necesite”.

En sus comunicados aconsejan a los demás obreros no tener miedo a los hombres de los empresarios, que son débiles cuando los obreros toman deciciones. “Hagan asamblea general, estén en comunicación con nosotros, decidan huelga. Es tiempo de que los empresarios escuchen el mensaje claro que solamente la lucha de los obreros en las fábricas puede dar. Todos en la lucha. La victoria es nuestra”.

Se puede apoyar a los huelguistas en la siguiente cuenta:

Banco Nacional de Grecia: 200/62330152
IBAN de la cuenta : GR4001102000000020062330152 (7 ceros)
BIC or Swift Code : ETHNGRAA (Bank Identifier Code)
Propietario : Liakos Dimistris (de los representantes del grupo de los trabajadores)

(1)En todas las ciudades de Grecia hubo grandes marchas en febrero de 2012 contra la aprobación parlamentaria de las nuevas medidas de austeridad para satisfacer los requisitos impuestos por el Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea y el Banco Europeo y así firmar un nuevo acuerdo de préstamo, el tercero hasta ahora, y cada uno de los cuales se ha presentado como la “salvación” final de Grecia.

En la marcha de Atenas del 12 de febrero participaron cientos de miles de personas, no solamente grupos organizados, sino familias, niños, ancianos y jóvenes. La marcha se realizó después de una huelga general de tres días y se esperaba que asistiera mucha gente. Nadie estaba preparado para un enfrentamiento con la policía. Sin ninguna provocación, la policía inició un ataque mortal contra todos los asistentes, tirando gases lacrimógenos y otros químicos. Por fortuna no hubo muertos. La meta de estos ataques es clara: transformar a los manifestantes en turbas salvajes para justificar más represión o aterrizarlos para no participar en más movilizaciones. Después de la marcha se discuten en el gobierno medidas para controlar las manifestaciones en el centro de Atenas, estableciendo criterios para determinar la legalidad o la ilegalidad de las marchas, justificando el ataque inmediato de la policía. Los medios de comunicación convencionales están colaborando mediante la reproducción de imágenes impactantes de destrucción. Si estos ataques son planeados o no (por anarquistas, gente enojada o por la policía), está en duda. Los ataques mortales por la policía, no.

Publicado el 05 de Marzo de 2012

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