México. “El sistema globalizado vuelve a los jóvenes ecuatorianos susceptibles a ciertos aspectos culturales que predominan en el mundo” opina Marlon Santi, ex líder de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), en entrevista con Desinformémonos, realizada en el marco de las III Jornadas Andino-Mesoamericanas “Movimiento indígena: tierra-territorio, autonomía, estado y transformación social», celebradas en la capital mexicana.

“La juventud ecuatoriana enfronta una situación en la que el sistema mundial interviene y copta a los jóvenes en una lógica de consumismo”, continúa Santi, “los jóvenes que van a las grandes urbes como Quito, enfrontan una realidad muy distinta a la que se vive en sus comunidades”.

“Hoy, la interferencia globalizada es más fuerte. Culturalmente hablando, es el sistema cibernético al que se enfrentan los jóvenes, y eso genera un cambio radical en la realidad de la juventud. Imaginemos a un joven indígena que debe adaptarse de forma casi inmediata a esa realidad. Ya estamos en otra realidad, en la cual miles de culturas se interrelacionan, y eso permite que dejemos la esencia de nuestra cultura atrás. Los jóvenes difícilmente se sienten identificados dentro de todo este auge cultural, ya no se autodefinen”. Sin embargo, para Marlon Santi, “no todo está perdido. Hay organizaciones de jóvenes que intentan anteponer ‘lo nuestro’ al sistema que domina. Ésa es una batalla diaria que enfrentan hasta que llegan a la adultez”.

En el seno de la cultura dominante donde una gran mayoría de los jóvenes han crecido,  una forma de resistir es “establecer las bases de nuestra cultura, nuestras formas, nuestra lengua”, advierte Santi.

Adecuar las teorías a nuestra propia realidad

Marlon Santi considera que el sistema educativo debería reformar las temáticas que ya se encuentran establecidas en la profesionalización. En una reunión con estudiantes – describe Marlon – un joven preguntó: “¿Por qué no adaptamos la ingeniería a nuestras necesidades? No ha habido un proceso de investigación para generar una ingeniería propia, que se acomode a nuestra realidad”.

De acuerdo con Santi, “el sistema cibernético modifica el comportamiento de los jóvenes. Ahora no pisan tierra, están volando por el mundo”.

En la lucha indígena, el sector juvenil es indispensable

En la CONAIE existe un espacio donde se tiene la posibilidad de convocar a todos los jóvenes de todas las organizaciones en el país. Santi explica que durante su gestión frente de la CONAIE, las agendas de las mujeres y los jóvenes fueron las primeras. “Si durante mi periodo como líder surgían 12 jóvenes capaces de afrontar el movimiento indígena de aquí a diez años, con los principios de la confederación y una línea de seguimiento, entonces consideraría mi mandato un éxito. Eso fue lo que ocurrió”. Y agrega: “En la CONAIE la mayoría de los opositores de los distintos gobiernos fueron jóvenes”.

Educación

En Ecuador, la centralización de la educación es un problema que propicia que jóvenes en la provincia dejen de estudiar. “En años pasados se agudizó una crisis social y educativa. La demanda de educación es alta y las opciones son pocas. Tan sólo en una provincia hay 40 mil jóvenes que no tienen acceso a educación superior de calidad, a pesar de que la Constitución dice que la educación es un derecho público y debe ser gratuita”, sostiene Marlon Santi.

La educación se encuentra centralizada en Quito, Cuenca, Guayaquil y Riobamba. “Ahí están las mejores universidades, las más modernas del país. Existe una sola escuela para cuatro provincias, lo que se traduce a unos 200 mil habitantes”. Por esta razón, muchos habitantes de las provincias migran a Quito. “Para un indígena es un privilegio poder estudiar, un lujo que muy pocos pueden darse. Vivir en Quito cuesta cerca de 500 dólares al mes. Un indígena que tiene padres agricultores no puede pagar eso para estudiar”. En Ecuador, no existe mucha diferencia –económicamente hablando- entre estudiar en una escuela privada o en una pública.

La juventud no es el futuro; es el presente

“Pienso que el dicho que versa ‘la juventud es el futuro’ es algo muy malo; creo que la juventud y la niñez son el presente”, asegura Marlon. “Si no hacemos el presente, si no lo formamos, no tendremos un futuro promisorio. Si al joven se le enseña que tiene que vivir la realidad, el espacio actual, si sabe que tiene voz y voto en todos los espacios, entonces puede hacer algo por su futuro y el futuro del país”.

El ex líder de la CONAIE, cuyo periodo en el cargo finalizó a principios de 2011, concluye: “Ningún gobernante ha puesto a los jóvenes en la agenda principal. Por eso nosotros debemos prepararlos desde para que entiendan el ahora y así comprendan mejor su papel en el futuro. Los jóvenes no pueden quedarse sin voz ni voto, no pueden ser marginados. No pueden preparar para el futuro a los más chicos, sino preparar ellos mismos el ahora”.

Publicado el 01 de Noviembre de 2011