Una vida por la libertad de Palestina

Laura Sponti

Gaza. Describir los últimos tres meses de vida del pueblo palestino es como contar una multitud de historias dentro de otra historia de lucha que tiene 63 años de existencia. El 15 de abril empezó una nueva etapa en la vida de los jóvenes palestinos que viven en Gaza. Ese día decidieron salir a la calle y levantar un plantón por la libertad y la unión de su país para poder finalmente luchar juntos.

Esto evento llevaba en sí mismo el sentido de una nueva posibilidad: poder hacer el nuevo camino de su país. Es una generación que ya no acepta quedarse callada y encerrada entre el odioso asedio de Israel y los juegos de poder entre Al Fatah y Hamas. Para muchos de ellos ha vuelto a ser la lucha por la liberación y la autodeterminación de su vida.

Este día empezaron a construir su lucha por la libertad. Levantaron tiendas y un plantón en la carretera que caminan cada día, en la plaza donde se encuentran, frente a las universidades.

Quieren construir sus Plaza Tharir (que quiere decir “plaza de las libertades”), mirando hacia Egipto después de las revueltas que han derrotado a Mubarak, principal cómplice de Israel que dejó sin posibilidad de salida a millones de palestinos en la franja de Gaza por sus acuerdos económicos con Israel basados, entre otras cosas, en la venta de gas.

El espíritu que ha inflamado muchos países de Medio Oriente y de África no paró con el asedio de un muro de confinamiento, sino que llegó justo al corazón de Palestina.

Los jóvenes gazawui (habitantes de Gaza) del movimiento del 15 de abril, llamado gaytbo (jóvenes), se movilizaron para pedir que terminen las divisiones entre los partidos políticos para que en su país puedan, por fin, llegar a un acuerdo. Esto significaría la apertura de una nueva fase de resistencia al asedio de Israel, a la política sionista.

En estas jornadas muchos salieron a la calle, abrieron las tiendas a pesar de las muchas amenazas que pesaban sobre estos jóvenes: el «fuego» de la represión llega de cualquier lado, del gobierno palestino, de los colonos y del ejército israelí.

La represión no tardó en llegar: cientos de personas fueron hospitalizada, y luego detenidas y maltratadas o torturadas durante varios días. Pero estas vejaciones no bajan el ánimo de los jóvenes palestinos, que comparten con sus coetáneos de Túnez y Egipto las mismas esperanzas y palabras de libertad.

A su lado esta Vittorio Arrigoni, joven activista muy cercano a estos otros jóvenes, que siempre estuvo junto cal pueblo de Gaza que lucha contra el asedio, Vittorio vivió junto a los pescadores a quienes les es negado el derecho de pescar, junto a los agricultores que no pueden cosechar amenazados por los francotiradores que les apuntan a las piernas, al corazón, a las manos o los brazos, decidiendo de un tiro cobarde su futuro.

Y Vittorio, desde el día que llegó a Gaza con los barcos de una flotilla de solidaridad, siempre estuvo a su lado, como ese 15 de abril que salió a las calles con los jóvenes gazawui.

Un mes después de esta histórica fecha, Vittorio Arrigoni el amigo de los gazawui, uno de los mejores testigos internacionales de la resistencia de Gaza, fue secuestrado y asesinado. En horas llena de angustia, el video de su secuestro circuló en el web, en Europa, en América, en Palestina se escucharon las delirantes demandas de sus secuestradores: la liberación de un supuesto “combatiente salafita” a cambio de su vida. Pero era simplemente una farsa, la indigna sentencia fue ejecutada la misma noche. ¿Quién armó la mano de sus asesinos, de un hombre de Jordania, llegado a Gaza hace un año? Son preguntas que el tiempo contestará.

Lo cierto es que Gaza amaneció más sola, los pescadores, los agricultores, la familia Samudi (que fue una de la más golpeadas en la última guerra y vio a más de 30 de sus familiares asesinados).Vittorio era para ellos parte de la familia y ahora junto con los médicos del hospital de Haifa, lo lloran. Ellos también habían compartido con Vittorio el valor de salir en las ambulancias en pleno bombardeo.

Sus asesinos comparten con los israelitas el odio por Gaza, quieren que siga siendo una cárcel aislada, sin derechos, sin futuro.

La importancia del testimonio de un hombre con una idea bien clara que expresaba como «la necesaria libertad y la necesidad de permanecer humanos” se muestra en los testimonios recogidos por la delegación de 76 activistas internacionales que el 12 de Mayo viajaron desde el Cairo hasta Gaza.

Esto es lo que el convoy “Vik 2 Gaza”, en su mayoría integrado por compañeros y compañeras italianos que conocían a Vittorio y habían compartido su esfuerzo, quiso hacer: llegar a Gaza para encontrar a Vik y a sus ideas que siguen vivas.

Se encontraron con el puesto de control de Eretz en la frontera entre Palestina y Egipto, y con un muro que separa familias y deseos de libertad. La amenaza de los francotiradores es concreta, empezaron a tirar, este día, a las piernas. Palestinos y activistas internacionales juntos bajo el tiro cruzado desafiaron la maquinaria de opresión. Al mismo tiempo, desde Egipto, otra caravana de cientos de personas intentó dirigirse a Palestina. Era el 63 aniversario de la Nakba, la deportación del pueblo Palestino fuera de su patria a manos de los invasores sionistas. Aunque el nuevo Egipto intenta romper con el pasado de Mubarak, todavía no es un país libre. Los militares egipcios disparan y matan para disolver la manifestación. El mismo día desde todos los confines de Israel, desde Jordania, Líbano, Siria, y la misma Palestina, los palestinos intentan romper las vallas y los puestos de control para regresar en su tierra, al final de día se contaron, al menos, 20 muertos palestinos. Sin embargo, fue el inicio de una nueva época de lucha.

A regresar, la caravana “Vik 2 Gaza” dejó habilitado un centro de medios en Gaza, y un canal abierto para continuar el trabajo de recoger testimonios y tejer la esperanza que hemos heredado de Vittorio.

Publicado el 01 de Junio de 2011

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