Madrid, España. Van pasando los años y mi amor por la música se hace más inmenso a cada paso. Ella no para de regalarme dulces melodías e inolvidables recuerdos. Ella me permite crearla, cambiarla, transformarla, moldearla, experimentarla y nunca sabré por qué motivo mi voz me deja cantar, por qué sale de mí sin proponérmelo. Está siempre ahí, escondida, esperando que suene la guitarra o la caricia del piano para querer unirse a ellos, para fundirse en la música.
Nunca he intentado desvelar ese dulce secreto, el secreto de por qué canto, de por qué hago canciones. Esto forma parte de mi existencia en el planeta Tierra, no puede ser de otra manera. Empecé mi relación con Ella cuando tenía 15 años, para seguir jugando y para escapar del mundo real, ese que me llevó desde muy jovencita a ser madre – soltera y adolescente – y al que yo quería ganar la partida a pesar de la dificultad.
Ella que apareció como una evasión en esos tiempos duros, se fue convirtiendo en mi oficio, viajando de escenario en escenario, cada vez más lejos de casa, cada vez más cerca de mí misma. Ahora, con 40 años cumplidos, sigue siendo mi oficio pero ya es toda una deliciosa manera de vivir y una forma de expresión sin la que no sabría qué hacer, pues me siento libre escribiendo, me siento libre cantando, me siento feliz de volver al hogar y abrazar a los que se quedan, llena de nuevas experiencias para compartir, capaz de pasar por este planeta lastimado pero bien rebelde, de contar en las letras lo que veo y no me gusta o lo que me gusta y lo que me da fuerza, buscando las respuestas y creando las preguntas.
A continuación, la canción «Corazón De La Realidad» del disco homónimo, el primer síngolo de Amparo Sánchez:
Escucha (3’26»):[podcast]http://desinformemonos.org.mx/Audios/corazondelarealidad.mp3[/podcast]
Publicado el 01 de Octubre de 2010
